Tras la DANA que ha asolado las poblaciones de la ribera del barranco del Poyo, se están vertiendo en los medios informaciones contradictorias respecto a como se podría haber evitado, unos desde un punto de vista ecologista y otros desde un punto de vista de ingeniería. Es un tema peliagudo, el de si «limpiar barrancos sí o limpiar barrancos no», pero voy a correr el riesgo de opinar. Opinión personal, por supuesto:
En los medios de izquierdas leemos que es mejor no limpiar los barrancos, que surge vegetación adaptada a las riberas que frena el curso de las riadas y eso, disminuir la velocidad del agua, reduce daños al implicar menos arrastre. Por otro lado en los medios de derechas leemos que un barranco bien limpio deja correr el agua más fácilmente, evitando subidas de nivel e inundaciones, y que a menos cañas, menos vegetación dañina arrastrada y menos muertos.
¿Quién tiene razón? Mi opinión es que ambos tienen razón, pero con condiciones.
Un buen bosque en zonas altas de un río, en zonas inundables y sin viviendas, puede ayudar a que ese agua se frene y la inundación se produzca río arriba, en el bosque inundable donde no habita nadie, actuando como un embalse de laminación natural que frena la avenida.
Pero en zonas cercanas a ciudades o en los barrancos que atraviesan las mismas, un barranco con vegetación hace que el nivel suba aún más rápido. Si el río baja más lento, pero con el mismo caudal, el nivel del agua subirá sí o sí. Además, está el tema de los puentes: si no son lo bastante holgados en sus arcos, producirán un efecto presa al chocar cañas y árboles contra ellos, lo que provocará una subida del nivel del agua en la ciudad e inundaciones. Si revienta el dique formado, tendremos una ola tipo tsunami que lo arrastra todo y destruye y mata con facilidad. Además, está el tema de las cañas en los ríos, que no son árboles resistentes a riadas con grandes raíces, sino cañas frágiles que se ven arrastradas con facilidad con el menor aumento de caudal, lo que genera los problemas mencionados.
Así que sí, son útiles los árboles de profundas raíces en zonas inundables controladas río arriba, pero las cañas no, ni río arriba ni río abajo. Y en las cercanías de ciudades y cauces dentro de ellas, cuanto más limpios y hormigonados mejor, pues así grandes caudales pueden pasar raudos sin subir el nivel y se evitan inundaciones.
Ecologismo sí, pero también ingeniería de canales. Un ecologismo sustentado por los datos y cálculos de los ingenieros.