El gobierno de España tras meses de estudio en colaboración con la Unión Europea ha implantado un sistema de tope al precio del gas natural usado en la generación de electricidad con el objetivo de abaratar el precio de la luz (o mejor dicho de la electricidad) a todos los españoles.
Pero ¿Ha funcionado?
La realidad es que no, o más bien con muy poco éxito. Veamos como funciona y por que no sirve de mucho, al menos de momento.
Se dice que se ha puesto un precio tope al gas natural que compran las centrales generadoras de electricidad, precio que actualmente está en 40 € el MWh y que irá aumentando hasta 70 a lo largo de los meses, pero bueno, en realidad no se ha puesto tope al precio del gas sino que se está dando una subvención a las empresas generadoras de electricidad que usan gas natural por cada MWh de modo que así estas empresas pujarán más barato en las pujas de compra-venta de electricidad y el precio final de casación de esas pujas baje. Así se ha establecido que por cada MWh producido con gas se recibirá una subvención cuya fórmula es: (Pgas- Ptope)/0,55
La idea es que el rendimiento estándar de una central gasista es de un 0,55 y por lo tanto se les paga el sobrecoste del gas por encima del precio tope fijado (Pgas- Ptope) dividido entre 0,55. Así se estima que se les está subvencionando aproximadamente todo el precio del gas que pase del precio tope fijado. En el BOE Real Decreto-ley 10/2022 en el artículo 3 se detalla el cálculo de esta subvención a las eléctricas gasistas.
Suena bien pero no debemos olvidar que esa subvención al gas debe ser pagada por alguien y que el gas ahora mismo a día 21 de junio de 2022 está a 114 €/MWh
la diferencia entre 114 y 40 son 74 € el MWh consumido, que representan unos 134 € por cada Mwh de electricidad producida por medio de gas que debe se pagado a los proveedores de gas. Ese dinero se ha decidido que sea pagado por todos los españoles que en principio se verían beneficiados por este «tope del gas», y aparece como un cargo extra por cada KWh consumido en nuestras facturas mensuales.
La intención inicial es que a pesar de este sobrecargo para pagar el gas en nuestras facturas salgamos ganando y el precio final del Kwh salga más barato. Pero aparentemente no es eso lo que ha sucedido pues el precio final de la electricidad a partir del día 15 de Junio, que es el primer día de aplicación de la medida, la llamada «excepción ibérica», ha subido de precio en vez de bajar.
Es cierto que ha coincidido con días de calor extremo y por lo tanto alto consumo para los aires acondicionados y que las eólicas casi no han producido electricidad. Con todo esto se ha usado mucho el gas para producir electricidad y por lo tanto se ha tenido que compensar mucho gas subvencionado. la cuota a pagar en nuestros recibos para subvencionar el gas ha sido tan alta que el precio de la luz está por encima de los días anteriores a la medida.
La línea vertical marca el día a partir del cual empieza a aplicarse la «Excepción Ibérica» y vemos que desde entonces se ha encarecido coincidiendo con un aumento de consumo de gas.
Por ejemplo el día 21 se produjo electricidad con gas con una potencia continuada de entre 12000 y 14000 Mw, un que representa un porcentaje muy alto del total producido provocando unos altos costes de compensación al gas por parte de los consumidores españoles.
En la siguiente tabla vemos el precio del gas, el resultado de la subasta de electricidad y los costes de compensación al gas, todo ello en € medios por cada MWh.
Podemos ver como el precio de la compensación, que en nuestras facturas equivale a sumarlo al precio de la subasta, aumenta con el aumento del precio del gas, pero también aumenta con en aumento del precio de la subasta.
Esto es debido a que el precio de la subasta baja cuando se hace poco uso del gas como en algunas horas de los días 18 y 19, al bajar el consumo por ser fin de semana.
Pero hay algo en los precios de la subasta en los días entre semana que no estaba previsto que pasara. En todos estos días de la tabla y a todas horas ha habido un gran consumo de gas y el precio del gas marca el precio de la subasta, pero el gas tiene un precio fijado por el gobierno para las empresas generadoras de gas a 40 €/MWh no importa cuanto consuman. La gran idea del gobierno era que el precio de la subasta se mantuviera bajo y sin embargo varia en esos días, sin contar el fin de semana, entre 148 y 178 €/MWh. Tenemos un precio de la subasta de electricidad que a pesar de un precio fijo del gas oscila en hasta 30 € MWh al alza los días de una alta demanda, y aquí entran en juego las exportaciones de electricidad.
Al tener subvencionado el gas nuestros precios en subasta son menores a los franceses y marroquíes haciendo que nuestras exportaciones a estos países asciendan hacia el máximo posible que permiten las interconexiones internacionales. Así las exportaciones de electricidad provocan dos efectos negativos sobre nuestros precios de la electricidad.
Por un lado hacen subir la producción española de electricidad haciendo que las curvas de demanda se desplacen de modo que los precios de cierre de las subastas aumenten incluso 30 €/MWh como hemos visto, o incluso más como se puede ver en el gráfico siguiente de casación de oferta y demanda de en un día normal.
podemos ver que si nos desplazamos a la derecha en la curva de oferta y la demanda fuera de 2000 Mwh más la curva azul se habría desplazado hacia la derecha y el precio de casación habría subido de 120 a 154,7 , es decir casi 35 € más.
Y por otro lado toda la subvención a esas exportaciones hacia Francia y Marruecos es pagada por los españoles. Ni franceses ni marroquíes pagan nada de compensación al gas. Toda la subvención al gas se reparte como un gasto entre los clientes de España.
Así si por ejemplo se ha exportado 2000 MWh con una subvención media de 120 €/Mwh y en España se ha vendido 30000 MWh resulta un recargo extra sobre nuestras facturas en el término de compensación al gas de unos 8 € MWh. Además si resulta que tal vez también estamos subvencionando las exportaciones a Portugal (pero esto no está claro del todo pues el mercado eléctrico es ibérico y el reparto de gasto para la subvención a las gasistas se debería repartir entre todos los consumidores peninsulares implicados) hay horas en las que exportamos 5500 MWh y esta subvención recae solo sobre aproximadamente la mitad de los consumidores, los que no están en contratos fijos antiguos, pongamos ejemplo 15000 MWh, el sobre coste de esta subvención subiría de 8 a 44 € Mwh. Esta subvención a las exportaciones debe ser minorada en parte ya que hay un tratado con Francia para que este país devuelva a España el 50% del ahorro en el que concurre Francia cuando importa electricidad española. Son los llamados «ingresos de congestión«, pero estos ingresos ya se producían antes de aprobarse la «excepción Ibérica» así que la reducción real sería pequeña aunque contablemente se tenga una buena reducción a esta subvención a las exportaciones a Francia.
Así si estimamos unos 20 € de subvención a las exportaciones más los 35 € o más de desplazamiento de las curvas de demanda nos llevan a casi 60 €/MWh de sobrecoste en nuestros precios, por encima de lo que el gobierno tenía previsto, lo que representa hasta unos 6 céntimos de € extras en nuestros precios PVPC por cada KWh consumido.
Estos sobrecostes unidos a unas fechas de alto consumo y altos precios del gas están encareciendo nuestra factura haciendo que el efecto del «tope al gas» sea casi inapreciable.
Cuando el viento sople con fuerza y el consumo sea bajo por ser fin de semana no se consumirá gas y todo esto dará igual pues el precio será bajo y no habrá compensación alguna a las gasistas pues no se quemará casi gas para producir electricidad, pero cuando sí se quema mucho gas vemos que este invento del «tope al gas» sirve de poco, y entonces es cuando debería servir. Esperemos ver su efecto en las horas en que se consume gas pero en pequeñas o medianas cantidades, que es cuando su precio marcaba el precio final de la electricidad y esto es lo que se trata de evitar con esta medida. Solo en esas horas críticas de poco uso de gas es donde se notará grandemente el efecto de esta medida.
Por otro lado está la cuestión que cuantos clientes estamos pagando esa subvención al gas, lo cual podría ser otro factor en contra del buen funcionamiento del sistema ¿Somos suficientes? ¿Somos los que deberíamos ser? En el próximo post trataré de desvelar cuantos pagamos el tope al gas. Y para ser justos no podemos olvidar que el precio del gas ha subido bastante, así que realmente la rebaja de precios esperada ha funcionado en parte y sin este tope los precios al consumidor, PVPC, aún serían algo superiores, pero la rebaja de precios ha sido escasa y menor de lo anunciado previamente por el gobierno debido al aumento de producción mediante gas a causa del aumento de las exportaciones de electricidad y porque el peso de la subvención al gas recae principalmente sobre los consumidores españoles.
Por último señalar que un efecto que sí ha tenido este sistema de subvención es el limitar los llamados «beneficios caídos del cielo» para el resto de generadores de electricidad no gasistas ya que el precio de casación del pool ha caído con fuerza y por lo tanto sus beneficios caerán igualmente que el pago por excedentes de producción de los autoconsumidores fotovoltaicos. En cierto modo ellos son los que están costeando la pequeña rebaja que tenemos en los precios e la electricidad y la gran rebaja que están teniendo los Franceses y Marroquíes al comprarnos electricidad.