Las erupciones volcánicas pueden producir un efecto de enfriamiento en la atmósfera a corto plazo debido a la liberación de grandes cantidades de gases y partículas en la estratosfera. Estos materiales pueden bloquear la radiación solar y reducir la cantidad de energía solar que llega a la superficie de la Tierra, lo que puede llevar a una disminución en la temperatura global. Sin embargo, el efecto a largo plazo de las erupciones volcánicas en el clima es más complejo y depende de varios factores, como la magnitud de la erupción, la composición química de los gases y las partículas emitidas, la altitud a la que se emiten y la época del año en que ocurre la erupción.
Se han registrado casos históricos en los que períodos de enfriamiento global han coincidido con sequías en ciertas regiones. Por ejemplo, durante la Pequeña Edad de Hielo, un período de enfriamiento global que se extendió desde aproximadamente el siglo XIV hasta mediados del siglo XIX, se registraron sequías en varias partes del mundo, incluyendo regiones de América del Norte, Europa y Asia.
En algunas ocasiones, los desiertos pueden haber surgido durante períodos de enfriamiento global. Durante los períodos glaciales, que se caracterizan por una disminución de la temperatura global, se produjo una expansión de los glaciares y una disminución en la cantidad de agua disponible en algunas regiones del mundo, lo que llevó a la formación de desiertos. Por ejemplo, durante la última glaciación, que terminó hace unos 10,000 años, se formaron grandes desiertos en América del Norte y Asia debido a la reducción en las precipitaciones y el cambio en los patrones de viento.
Recientemente el profesor Seung-Ki Min y el Dr. Seungmok Paik del departamento de ingeniería ambiental de POSTECH, junto con investigadores de otras instituciones, han publicado hallazgos que sugieren que El Niño inducido por erupciones volcánicas puede jugar un papel importante en la disminución de la precipitación global.
El estudio, publicado en la revista Nature Communications en 2018, analizó la relación entre las erupciones volcánicas y los eventos de El Niño, que son oscilaciones periódicas en el clima del Pacífico tropical que pueden tener importantes impactos en las precipitaciones en todo el mundo. Los investigadores encontraron que las erupciones volcánicas pueden inducir El Niño, lo que a su vez puede llevar a una disminución en las precipitaciones en regiones específicas.